La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.

4 de enero de 2014

Escapada improvisada de fin de semana. Destino, Zaragoza

     Al sonreír se dibujaban dos hoyuelos en sus mejillas y no pude resistirme a hablarle, al hacerlo descubrí que, aunque residente en tierras catalanas desde hacía años, realmente sus raíces eran de Granada, y entonces no pude evitar pedirle su número de celular. De profesión abogado y aficionado a viajar alrededor del mundo, congeniar no fue difícil.
     Aquella tarde me esperaba, apenas un mes después de conocernos, en la estación de Sants,  tras proponerme semanas antes escoger un destino donde pasar juntos un fin de semana. Conociendo que sus viajes los emprendía solo y siempre con antelación suficiente para tener organizado hasta el más mínimo detalle, acepté sin dudarlo su inesperada proposición.

     Dada su proximidad y mis ganas de conocerla desde hacía tiempo, mi elección fue Zaragoza, una ciudad monumental de grandes avenidas  en cuyas calles ha quedado reflejado el paso de las distintas civilizaciones que la dominaron.
     Junto al Puente de Piedra y bañada por las aguas del Ebro se alza imponente la Basílica del Pilar, el emblema de la ciudad, que a lo largo de los siglos ha ido engrandeciendo su silueta con el alzado de cúpulas techadas con tejas vidriadas de colores y torres, alcanzando proporciones majestuosas.

Puente de Piedra.
 
Río Ebro.
 
Basílica del Pilar.

Fachada principal.




De majestuosas proporciones, resulta sencillamente impresionante, especialmente al anochecer bellísimamente iluminada.


Sus características cúpulas de tejas vidriadas de distintos colores.


     Aprovechando que durante nuestra estancia hizo un tiempo estupendo, sin una brisa de cierzo, recorrimos tranquilamente el casco antiguo de la ciudad, descubriendo al anochecer El Tubo, la zona de estrechas callejuelas de tapeo más conocida de Zaragoza, y en la que disfrutamos de deliciosas tapas acompañadas de cevezas de propia elaboración.
 
¿Y qué hacen dos abogados en Zaragoza?. Pues visitar y fotografíar los Juzgados, por supuesto.
 
La Seo.

Paseando por las calles de Zaragoza.

     Tal fue la desorganización, la improvisación y el surrealismo de aquel viaje, que todavía ahora al recordarlo entre risas, me resulta increíble que realmente llegásemos a emprenderlo.

NOVIEMBRE 2013

 

2 comentarios:

  1. Tú, los hoyuelos, la mágica ciudad de Granada, tu facilidad para conocer gente de la más surrealista manera, tu improvisada forma de viajar...

    Nunca dejarás de sorprenderme.

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  2. Yo, mi debilidad por los hoyuelos, mi fascinación por Granada, mi necesidad de lanzarme a conocer gente porque algún pequeño detalle llamó mi curiosidad, mi aventurera forma de viajar...

    El tiempo pasa, pero definitivamente, algunas cosas nunca cambian.

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