La magia del Cirque du Soleil

     Todos hemos soñado alguna vez con ocupar una de las gradas de su tan característica carpa, con perdernos en su mundo de sensaciones indescriptibles, con dejarnos envolver por la magia del mayor espectáculo del mundo, el Cirque du Soleil.

     Barcelona acogía de nuevo y durante unos días a esta compañía conocida a nivel mundial por la calidad de sus actuaciones y de sus maravillosos artistas, y el Palau Sant Jordi abría sus puertas para descubrirnos, Dralion, fusión perfecta entre la antigua tradición del circo chino y el enfoque vanguardista del Cirque du Soleil, de cuyos símbolos principales, el Dragón (Este) y el León (Oeste), toma su nombre, e inspirado en la filosofía oriental y en su eterna búsqueda de la armonía entre ser humano y naturaleza.

     Tras mi última inesperada sorpresa circense, no estaba dispuesta a terminar el año perdiéndome esta experiencia única, así que sin prestar demasiada atención al precio de las entradas decidimos comprarlas con apenas un día de antelación, coincidiendo la nuestra con la última actuación que ofrecía el Cirque du Soleil antes de adentrarse en tierras portuguesas.

 

     Quien no haya visto nunca un espectáculo del Cirque du Soleil no puede imaginar la belleza de su puesta en escena, la calidad insuperable de sus espectáculos y el talento de sus artistas de más de veinticinco nacionalidades distintas capaces de dejar boquiabierto a cualquiera con sus extraordinarias habilidades. 

     La sorpresa en cada uno de sus números, sus coreografías de acrobacias imposibles, su vestuario y maquillaje inmejorables, su iluminación, la sensualidad de sus danzas aéreas y su música en directo, envuelven al espectador en un ambiente hipnótico y fascinante, haciéndole viajar a través de un mundo de sensaciones indescriptibles.

Puedo garantizar que todos y cada uno de los números que aquí aparecen, así como la música que les acompaña, son reales, incluído el salto en comba por más increíble que parezca. El conjunto en directo se traduce en, vello de punta.

 

     Creo sinceramente que la magia del Cirque du Soleil reside en el hecho de que desde el mismo momento en que cruzas su entrada, dispuesto a ocupar tu butaca, no te encuentras frente a un conjunto de números y actuaciones circenses, sino ante un espectáculo bellísimo en el que se hace circo.
 

DICIEMBRE 2013