La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.

21 de enero de 2013

An adventure around the island

     En una entrada anterior, concretamente en la que explicaba las curiosidades de Malta, mencioné que en una ocasión visité la fábrica de Playmobil y, que si bien no estaba permitido que los turistas se hiciesen con más de uno de estos míticos muñequitos, yo conseguí disimuladamente salir de allí con cuatro de ellos.
    
     Pues bien, tras una divertidísima conversación que mantuvimos una tarde en el irlandés y que se inició a causa de mis preguntas curiosas, decidí regalar uno de aquellos Playmobils a uno de los camareros que allí conocí, por haber sido él, el artífice de tan genial momento.

    A modo de resumen la situación fue la siguiente. Aquella tarde no había demasiada gente y los pocos que allí estábamos nos habíamos sentado alrededor de la barra, en mi caso algo habitual, creando un ambiente de lo más familiar. Como tenía intención de visitar la fábrica de Playmobil algunos días después y ellos llevaban años viviendo en la isla, intenté obtener información sobre cómo llegar hasta allí. Mientras me dedicaba a tan ardua tarea, repentinamente uno de los camareros exclamó sorprendido: "What the hell is a Playmobil?!".
    
     Automáticamente todas las miradas se dirigieron a él. A excepción de mí, nadie más continuó la conversación, pero pude ver por el rabillo del ojo como se esbozaban sonrisas en la cara de los que allí estábamos. Como no daba crédito al hecho de que nunca hubiese escuchado que existían en el mundo unos muñequitos llamados Playmobils, le hice una rápida descripción confiando en que así, sabría de qué le estaba hablando.
     Sin embargo, con la más natural de las reacciones y con ese tono de voz tan característico de los angloparlantes, que personalmente, después de dos meses conviviendo con ellos tanto he llegado a adorar, me dijo: "Laura, I'm English, when I was young I played football!". Y tras aquella respuesta tan inesperada y que tan sólo para él parecía justificar tal desconocimiento, tuve inevitablemente, un ataque de risa que se contagió al resto de los allí presentes.
     Después de aquéllo,  todo el mundo participaba en la conversación intentando describir, incluso dibujar un Playmobil. Y aunque todos los esfuerzos resultaron inútiles, lo cierto es que aquel momento fue realmente épico.
     Y por esa razón, una noche antes de irme y aprovechando que era su día libre, le dejé un paquetito en la barra con la intención de que lo encontrase al día siguiente, pues como no podía ser de otro modo, uno de aquellos cuatro Playmobils tenía que ser para él.

     Este mediodía, mientras echaba un vistazo rápido al correo he descubierto dos emails todavía por leer, ambos enviados desde Malta y en uno de ellos me he encontrado esto...


     Han transcurrido cuatro meses y para mi sorpresa, no hay día que pase sin que tenga noticias de Malta, sin que un pequeño detalle me haga regresar a esta maravillosa isla.

2 comentarios:

  1. hombre tremendo ese pequeño juguete llamado playmobil que no ha viajado el muñeco. Si no habeis ido os lo recomiendo ir alli :)

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    1. Recibo correos de Malta casi cada día, envío paquetes que se pierden en La Valeta, me regalan calendarios, me sorprenden con imágenes y cada vez que sintonizo la radio suena "We are young".

      Y todo ello sin contar con los libros, los botellines de vino, las postales, los posavasos del irlandés, el Playmobil, la vela personalizada, el imán y el calendario que tengo repartidos por la habitación y la Cisk que guardo en la nevera.

      ¿Cuándo dices que volvemos a la isla?. Prometo no volver a pagar por exceso de equipaje.

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