Al día siguiente nos levantamos temprano, desayunamos y fuimos a la estación de tren a comprar el billete para nuestro siguiente destino, la ciudad medieval de Murten.
Algo que llamó mi atención fue la ausencia de barreras y controles para acceder a las vías y en consecuencia, el hecho de que todos los viajeros comprasen sus respectivos billetes. Si algo debe destacarse del transporte público suizo es su puntualidad y el buen mantenimiento que hacen del mismo, así que en poco más de treinta minutos llegamos a Murten.
Desde allí descendimos hasta el centro nuevamente, para dirigirnos al paseo ribereño y tomar el barco en el muelle. Como nos sobraba tiempo, disfrutamos de uno de esos grandes placeres, que consiste en tumbarse en el césped, al lado de un lago, contemplando un precioso paisaje.
Algo que llamó mi atención fue la ausencia de barreras y controles para acceder a las vías y en consecuencia, el hecho de que todos los viajeros comprasen sus respectivos billetes. Si algo debe destacarse del transporte público suizo es su puntualidad y el buen mantenimiento que hacen del mismo, así que en poco más de treinta minutos llegamos a Murten.
Esta pintoresca ciudad se encuentra situada sobre una colina a orillas del Lago Murtensee. Uno de los edificios más bonitos es el castillo medieval, desde cuyo interior se accede a una pequeña plaza con vistas al lago.
Castillo medieval de Murten.
Plaza interior del Castillo.
Vistas del lago desde el interior del Castillo.
La ciudad se encuentra rodeada por una muralla perfectamente conservada y aunque ya no defiende de posibles invasores, ofrece unas bonitas vistas de los alrededores de Murten.
Desde lo alto de la muralla.
A un lado el campo.
Al otro, el lago.
El Castillo desde la muralla.
Desde la muralla nos dirigimos al paseo ribereño para tomar un barco y llegar a Neuchâtel. Como ya he mencionado anteriormente, viajaba con dos pases, uno totalmente gratuito y otro con un descuento del cincuenta por ciento. Lo que no sabía es que en Suiza, el transporte público está unificado, así que fue una agradable sorpresa descubrir que podría hacer uso de ambos, en todos los transportes y no solamente en los trayectos en tren.
Trayecto en barco.
Después de dos horas navegando a través del lago Murtensee y el canal que une éste con el Lago Neuchâtel, llegamos a nuestro siguiente destino. Una vez allí, lo primero que hicimos fue buscar un centro comercial y comprar algo para comer, pues queríamos disfrutar de las bonitas vistas del lago.
Decidimos parar a comer junto al lago.
El Lago Neuchâtel es el más grande de Suiza.
Continuamos nuestro camino y nos dirigimos al centro de la ciudad. Estuvimos paseando por sus calles y después subimos al Castillo. Como puede verse, tenía un gran parecido con el que visitamos en Murten.
Plaza de la fuente de Banneret.
Neuchâtel desde el Castillo.
Interior del Castillo.
Salida del Castillo.
Desde allí descendimos hasta el centro nuevamente, para dirigirnos al paseo ribereño y tomar el barco en el muelle. Como nos sobraba tiempo, disfrutamos de uno de esos grandes placeres, que consiste en tumbarse en el césped, al lado de un lago, contemplando un precioso paisaje.
Torre de Diesse.
La Maison des Halles, situada en la plaza del mercado.
Neuchâtel desde un pequeño parque situado junto al lago.
Poco después salía nuestro barco. Emprendíamos ahora, el camino de regreso a Friburgo.
0 COMENTARIOS:
Publicar un comentario